Las almohadas acumulan ácaros y bacterias debido a su uso. También se deforman y pierden su función. Te explicamos cómo saber cuándo cambiarla o cada cuánto lavarla: ¿Cuándo fue la última vez que cambiaste la almohada? ¿No lo recuerdas? Entonces quizá haya llegado el momento de reemplazar la vieja y comprar la almohada perfecta para ti para que siga cumpliendo su función: proporcionar un buen descanso.
Y es que hay personas que piensan que no es necesario cambiarla si se lavan con frecuencia las fundas y se ventilan correctamente. Sin embargo, con el tiempo el material de relleno con el que se fabrica va deteriorándose. Por tanto, la almohada, al igual que el colchón, debería cambiarse cada cierto tiempo. La regularidad dependerá del material. Por ejemplo, unas buenas almohadas de plumas pueden tener una vida útil de entre diez y quince años siempre y cuando se mantenga una buena higiene.

¿Tengo que cambiarla ya?

Para saber si ha llegado el momento de cambiar tu almohada y darle un nuevo uso (por ejemplo, que sirva de cama para tus mascotas o utilizarla como cojín) hazte estas preguntas:
– Si es de plumas, ¿tienes que sacudirla constantemente para que se quede esponjosa?
– Si es de espuma, ¿tiene deformidades o bultos?
– Si es de látex, ¿desprende un olor desagradable?
– Cuando la doblas por la mitad ¿permanece doblada?
Si respondes afirmativamente a estas preguntas es muy probable que sea tu almohada la que necesite ya un descanso.

¿Qué almohada debo comprar?

Es importante que te tomes tu tiempo para escoger una buena almohada y que se adapte a tu forma de dormir. Muchos problemas cervicales o de espalda, incluso dolores de cabeza pueden estar provocados por una mala elección.

¿Y cada cuanto debo lavar la almohada?

Para que las almohadas se mantengan en perfectas condiciones mientras las utilizamos, deben lavarse también. La temperatura de lavado y las condiciones de secado vendrán descritas en las etiquetas. En general, todas las almohadas pueden lavarse en casa si los materiales son sintéticos o de plumas. Algunas almohadas de látex suelen estar hechas de un material hipoalergénico que hace que no sea necesario lavarlas. En caso contrario, lo más conveniente es hacerlo a mano.
En cuanto a la frecuencia, se recomienda lavarlas dos veces al año para evitar la acumulación de ácaros y bacterias. También deben llevar fundas protectoras con cremallera y éstas deben lavarse al menos una vez al mes. Las fundas del juego de sábanas, junto con éstas, una vez a la semana. Tomado de: http://www.objetivobienestar.com/cada-cuanto-hay-que-lavar-la-almohada-y-cambiarla_4175_102.html

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